No me califiquen de madre irresponsable o inconsciente porque dejo que mi hijo se caiga, se tropiece, se lastime (razonablemente), se raspe, se ensucie, coma tierra…
Me gusta ver cómo explora el mundo sin temores, cómo aprende por sus propios medios lo que es seguro y lo que no es seguro para él, cómo se da cuenta de que las puertas y los cajones machucan, que pararse sobre algo inestable hace que se caiga, que las hojas no saben rico, que la lluvia moja…
Me siento orgullosa de tener un bebé tan independiente,atrevido, explorador, me siento feliz de ver cómo aprende por si mismo, cómo se supera, cómo aprende de sus errores y vuelve y se levanta, cómo supera obstáculos y encuentra soluciones.
Nos encanta que explore libremente y tratamos de aplicarlo en todo, incluyendo la comida, No nos dejamos llevar por ideas predispuestas y por eso come cebolla, remolacha, rábanos y otros vegetales que ni un adulto común y corriente comería.
Se pasa la mayor parte del tiempo en el suelo, gateando y jugando con todo lo que se encuentra, nosotros como padres lo observamos desde cierta distancia, no estamos encima de él, permitimos que se tropiece y creemos que es muy benficioso porque aprende a confiar en si mismo, a desenvolverse en el mundo, si nos necesita ahí estamos, pero no hacemos por él las cosas que él es capaz de hacer, tampoco lo cohibimos y una técnica que ayuda a controlarse es pensar antes de interrumpirlo si lo que está haciendo o va a hacer es realmente peligroso, si no lo es no hay razón para frenarlo.
Vivimos en un mundo que le exige demasiada independencia a los bebés desde que nacen, pero confudimos independencia con desapego y para ser independientes necesitamos el apego, la seguridad y la confianza.
Esto solo se logra si suplimos las necesidades de nuestros hijos en cada etapa de sus vidas, siempre acompañándolos con amor y soltándolos poco a poco para que comiencen sus procesos de autonomía con naturalidad y con sus ritmos propios.
Por eso no andamos estresados, ni gritando, ni diciendo no todo el día, tampoco le ponemos la mano en la espalda para "protegerlo" y en lugar de decirle "te vas a caer", preferimos decirle "ten cuidado hijo".
Cada familia toma sus decisiones en cuanto a la crianza de los hijos, la indepencia para nosotros no va en mandarlo a dormir a otro cuarto, o llevarlo a una guardería, tampoco en destetarlo rápidamente ni mucho menos ignorar su llanto, para nosotros que practicamos el colecho y estamos en casa con él, la independencia va mucho más allá de lo que la sociedad entiende como correcto,
los que conocen nuestro bebé saben lo independiente, dinámico y seguro que es.
Permitamos que los niños sean niños, que su sed de descubrir, de imaginar y explorar no sea coartada por nuestros miedos irracionales o el exceso de pulcritud, que nuestras acciones estén encaminadas a acompañarlos respetuosamente y con la suficiente distancia para que desde su niñez sepan tomar sus propias decisiones y sean personas independientes en el buen sentido de la palabra.

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