Es muy común ver la imagen de un padre, una madre o un abuelo que sostiene los brazos del bebé para ayudarlo a caminar, muchas personas lo hacen con buena intención creyendo que están haciendo algo positivo por su bebé… pero es realmente necesario? es benéfico o por el contrario tiene consecuencias negativas?

 

Fisiológicamente un bebé no necesita que nadie le enseñe a voltearse, a gatear, a sentarse y mucho menos a caminar, estos movimientos son etapas naturales en el desarrollo de los bebés y todos son capaces de lograrlo solos cuando están físicamente preparados para ello y cuando su ambiente se lo permite.

 

Cada niño tiene un ritmo propio y se tardará en adquirir nuevas destrezas el tiempo que su cuerpo lo necesite, hace parte de su desarrollo y es vital respetarlo. Por otro lado es esencial que su ambiente sea propicio al aprendizaje del bebé, que pueda moverse con libertad, sin trabas, que pueda usar sus músculos y actuar con voluntad propia… palabras más palabras menos: los bebés necesitan estar en el suelo porque el uso continuo de corrales, coches, sillas y caminadores no les permite moverse con libertad y utilizar sus músculos correctamente.

 

Entonces ¿por qué no hay que enseñar a caminar?

 

Pararse y luego caminar le exige al bebé que su columna haya logrado un estado de desarrollo específico, al igual que una tonicidad muscular adecuada y una destreza que se adquiere de forma natural y con mucha o poca práctica… hay bebés que comienzan rápido, ensayan mucho antes de poder caminar con equilibrio, se caen mil veces, hay otros que se tardan más en caminar pero cuando lo hacen muestran mucho más equilibrio y finalmente hay bebés que caminan bastante tarde pero cuando lo hacen son capaces de atravesar toda una sala de corrido.

Cuando tomamos de los brazos a un bebé para ayudarle a caminar lo estamos forzando, lo estamos obligando a adoptar una postura para la cual no está preparado.

 

Claramente cuando veo la imagen de un niño al que le enseñan a caminar, veo un niño que no tiene equilibrio, al que se le tuercen los pies, se le doblan las rodillas y se le acaba la fuerza… Cómo crees que se siente ese niño? Torpe creo yo, por lo menos es como yo me sentiría si me hicieran eso.

 

Cuando le ayudamos a caminar a un bebé claramente le estamos enviando un mensaje de inseguridad y dependencia, sentirá que sin la ayuda y sostén del adulto no es capaz de desplazarse y no será capaz de tomar la iniciativa de caminar solo.

Está claro que volvemos al niño dependiente y lo hacemos sentir incapaz. En cambio cuando dejamos que un niño se mueva con libertad, cuando no lo presionamos a que adopte posturas para las que no está listo, cuando lo dejamos dar sus primeros pasos con tranquilidad y autonomía, tomando él mismo la iniciativa de soltarse y lanzarse a esa nueva aventura, se sentirá realizado, se sentirá orgulloso de sus logros y de sus nuevas habilidades, tendrá mucha más confianza y seguridad para repetir el ejercicio cuantas veces lo desee, se caerá pero no se sentirá frustrado sino todo lo contrario se sentirá complacido de los pasos que ha logrado hacer él solo.

 

Respetar al niño.

 

Cada niño decide cuándo es el momento para adoptar la postura erguida y soltarse, lo esencial es dejar nuestro afán de adulto de querer que cada etapa pase rápidamente y con «éxito», es vital que dejemos de ver a nuestros hijos como un trofeo para lucir o mostrar ante los demás y que dejemos de compararlos con fulanito o peranito que caminó a los 9 meses!

 

Qué más da si nuestro hijo camina a los 9 o camina a los 15 meses o más, de todas formas lo hará, algún día caminará, si está en el piso es porque lo necesita, es porque es esencial para su desarrollo motor e intelectual.

Hay que tener claro que ni todos los bebés se desarrollan al mismo tiempo ni hay un momento o edad definida para hacer tal o tal cosa, simplemente debemos respetar los ritmos propios de nuestro hijo dándole todas las herramientas para que camine cuando esté física y mentalmente listo.

 

Te invito a comentar aquí abajo, cuéntanos cómo fue o ha sido la experiencia con tu bebé, si caminó rápido o se demoró, si sentiste alguna presión social o familiar alrededor de este tema y si estás satisfecho(a) de cómo fue el proceso.
Así podremos intercambiar experiencias entre familias!

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