Muchas madres tenemos tendencia a olvidarnos bastante, sacrificamos nuestro aspecto personal porque buscamos la comodidad, optamos por un (des)peinado que sea práctico, ropa relajada, poco o cero maquillaje, zapatos simples, guardamos el bolso de soltera y andamos a todos lados con una enorme pañalera.
Salirse de trabajar por dedicarse a ser madre es muy duro, la vida gira entorno al bebé y el tratar de mantener la casa medio decente. El concepto de espacio vital desaparece y tomar una ducha sin "público" o hacer pipi en paz pasa a ser considerado un privilegio escaso.
Vemos muy lejano ese tiempo donde salíamos con nuestra pareja en plan romántico, cuando podíamos ir a cine, tomar algo con una amiga o darnos cualquier gustico! Cuando tenemos un hijo todo eso nos parece muy remoto y casi imposible de recuperar.
Hoy quiero contarles cómo he ido trabajando ese aspecto y cómo ha sido mi progreso para salir un poco de la rutina de ser mamá de tiempo completo.
El primer año de vida de mi bebé estuve 100% dedicada a él, fueron muy pocas las veces que salí sola y prácticamente fueron salidas forzosas. Me sentía muy angustiada y me imaginaba cómo iba a sufrir mi bebé sin mí, pero debo confesar que una vez que salía de mi casa me sentía muy bien porque era como volver a ser la de antes!
De esas pocas veces que lo dejé con el papá hubo ocasiones en las que lloró desconsoladamente y tuve que salir corriendo y hubo otras en las que ni se enteró de mi ausencia y ambos pasaron un buen momento juntos.
Sin embargo no fue hasta que mi hijo cumplió 1 año o poco antes que empecé a sentir unas ganas muy fuertes de salir, de tener de nuevo espacios para mí y empecé a sentirme confiada de dejar a mi hijo por algunas horas.
La primera salida oficial que hice por voluntad propia fue a una clase de zumba hace aproximadamente 2 meses, fue mi primer salida SOLA y en la noche. Ya no me acordaba qué era salir a la calle de noche! Me divertí demasiado junto a otras chicas y salí completamente renovada, sentí de nuevo ese cansancio físico que es totalmente distinto del cansancio crónico que mantenemos las madres, saqué toda esa energía que tenía acumulada por dentro y vibré junto al ritmo de la música.
Esa primer escapada fue una revelación para mí, me di cuenta que necesitaba más espacios como ese, que necesitaba darme ese regalo de volver a ser yo, de conectarme conmigo misma y a partir de ahí me propuse salir más y sacar a más mamás de la casa.
Después de eso he seguido saliendo de vez en cuando y me ha servido muchísimo encontrarme de nuevo a solas, en mi individualidad, verme y sentirme de nuevo como YO, no buscando sentirme como la de antes, porque estoy convencida que ahora soy diferente y lo que necesito es re-descubrir mi esencia.
En este proceso ha sido primordial el apoyo de mi esposo, que siempre me ha incitado a salir, siempre ha estado dispuesto y ha tenido toda la buena voluntad para quedarse con el bebé y de hecho lo hace de maravilla! No sé cómo logra tener la casa impecable cuando están los dos!
Así que es clave que el papá le permita a la mamá regalarse esos espacios, para que ella pueda salir a tomarse algo con sus amigas, asistir a una clase que le guste, retomar un deporte que solía practicar y de vez en cuando escaparse de noche!
No tienen que ser actividades muy complejas, puede ser simplemente salir a trotar media hora o ir a ver una película, creo que con un día a la semana que logremos cambiar de ambiente, renovar energías y despejarnos estaremos más dispuestas y más tranquilas. Existe una especie de culpa de la que necesitamos liberarnos, ni vamos a ser malas madres ni nuestros hijos van a traumatizarse porque los dejamos un rato.
Tengo decidido que mi próximo pasó será hacerme un cambio de look, necesito renovarme y sentirme linda de nuevo, quiero dejar esta apariencia tan abandonada y ser un poco más coqueta, voy a invertir en un poco de maquillaje, me cortaré el cabello y tal vez ensayaré uno de esos alisados permanentes a ver si logro tener un peinado decente! y quizás escuche a mi esposo y termine inscribiéndome en el equipo de rugby femenino del barrio!
Estoy decidida a cuidarme más, a quererme más, a consentirme más.
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